El Tesoro de Barba Iris

                                                                                     


Según cuenta la leyenda, Barba Iris había sido el pirata de las golosinas más increíble que había existido nunca. Durante años asaltó cientos de tiendas de golosinas y según decían, en algún lugar perdido almacenaba el mayor tesoro que ningún niño podría imaginar.
Por eso, cuando Toni y sus amigos encontraron un extraño y antiguo cofre con lo que parecía ser el mapa de un tesoro para niños, se llenaron de emoción y se prepararon para la gran búsqueda del tesoro de Barba Iris.
Así, siguiendo las pistas, llegaron hasta una cueva oculta junto al lago, donde encontraron otro pequeño cofre. En él encontraron unas pocas golosinas, y un gran cartel con la letra D, y otro mapa con más instrucciones para encontrar el tesoro, que le ayudó a superar la decepción inicial de pensar que no se trataba de un gran tesoro. Toni y los demás consiguieron descifrar el mapa, para lo que necesitaron algunos días y leer unos cuantos libros, y así llegaron hasta un gran árbol hueco en medio de un gran bosque, donde volvieron a encontrar un cofre con algunas golosinas, un nuevo mapa y una hoja con la letra O. Entre muchas Aventuras encontraron dos cofres más con sus golosinas, sus mapas y las letras C y B. Pero el último mapa era un tanto extraño. Más que un mapa, parecían unas instrucciones bastantes incomprensibles o más bien una adivinanza:
“Al tesoro ya has llegado,
pero tendrás que encontrarlo.
Si juntas un buen retrato
del hijo de tus abuelos,
y lo pones justo al lado
de la hija de tus yayos,
si luego añades letras
que cada tesoro ha dado,
se desvelará el secreto
que lleva tanto guardado.
Ese que acerca tus sueños
Para poder alcanzarlos”.
Mucho tiempo discutieron sobre el significado del enigma, y sólo consiguieron ponerse de acuerdo en que el mensaje hablaba de las fotos de unos padres, pero no alcanzaban a entender el resto.
Hasta que, uno de los numerosos días que discutían sobre el asunto, en el salón de casa de Toni, mirando como siempre aquellas cuatro letras. Álex, distraído, miraba la foto de los padres de Toni que había sobre la mesa, y entonces dio un salto y dijo:
_ ¡¡Lo tengo!!
Todos lo miraron con interés, pero en lugar de hablar, Álex se acercó a la mesa, reordenó las letras y al final acercó la foto de los padres de Toni.
_ O. B. D. C. … Obedece a tus padres. – Gritaron todos a la vez.
Y aunque no hubo millones de golosinas, todos estaban dispuestos a seguir aquel gran consejo.

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